Salgo corriendo, huyendo de algo desconocido,

te veo entre las sombras, entre los árboles de mi camino;

te he encontrado tantas veces y tantas veces te he perdido;

sigo esperando tu mano, tu rostro, tus labios, tus besos, tu alma.

Te disfrazas, te veo tan diferente cada vez y cada vez te reconozco mejor:

el alma que completa a la mía, los labios que me sonríen,

la boca que se dibuja en tu rostro, mil veces distinto, pero el mismo.

Pienso en quien eres ahora, en quién fuiste y en quién serás,

el presente, los recuerdos y la imagen del futuro: mi sueño;

escucho tu risa en mil risas distintas, escucho tu voz, con un nuevo tono;

el teléfono suena, despierto: te encontré nuevamente.